Tras la aprobación unánime por parte de la Cámara de Senadores de la reforma y adición de artículos de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en materia de no reelección y nepotismo electoral, la senadora por Hidalgo, Simey Olvera Bautista, destacó en tribuna la importancia de esta reforma para recuperar los valores de una política que verdaderamente beneficie al pueblo mexicano.

La senadora afirmó que “la política debe servir al pueblo, no a los intereses de unos cuantos” y subrayó que este dictamen demuestra que en el Plan C de la Cuarta Transformación no hay espacio para privilegios ni influyentismo.

La reforma, que será enviada a la Cámara de Diputados para su aprobación, busca erradicar la monopolización en la toma de decisiones y reafirmar el principio democrático de la no reelección.

Con esta reforma, se elimina la posibilidad de elección consecutiva para los siguientes cargos de elección popular: diputaciones federales y locales, senadurías, presidencias municipales, regidurías, sindicaturas, alcaldías y concejalías de la Ciudad de México.

Además, se establece como requisito para contender a diversos cargos de elección popular no haber mantenido, en los tres años previos al día de la elección, un vínculo de matrimonio, concubinato, unión de hecho o parentesco por consanguinidad o civil en línea recta sin limitación de grado, o en línea colateral hasta el cuarto grado, o de afinidad hasta el segundo grado con la persona que ocupe el cargo al que se aspira.

Con estas medidas, se garantiza que las personas candidatas a cargos de elección popular cuenten con los méritos, habilidades, capacidades y experiencia necesarias para desempeñar dichos puestos. “El poder por herencia es el mecanismo más burdo de la corrupción”, afirmó Olvera Bautista.

“En la Cuarta Transformación no hay espacio para el privilegio ni para el tráfico de influencias que caracterizó a la vieja política”, añadió.

La senadora resaltó que, en Hidalgo, su estado natal, el gobernador Julio Menchaca predica con el ejemplo, ya que no hay ninguna persona con el apellido Menchaca trabajando en la administración estatal.

Con reformas como esta, se evita el uso de cargos públicos como trampolines personales o familiares. No se trata de linajes ni de apellidos, sino de garantizar que el acceso al poder no dependa de lazos de sangre, sino de la voluntad del pueblo.