Texto Hugo Santiago Sánchez, Fotos en ByN de Héctor Rico Alonso.
En 1980 en la última fase del gobierno de José López Portillo, cuando ya iniciaba el debacle petrolero que junto con el despilfarro, la devaluación del peso y la corrupción, orillaron a México a una de sus peores crisis económicas, iniciaron las obras del Tren Rápido México – Querétaro de Doble Vía.
El cual pasó por Tula y contó con una Estación en El Llano. La magna obra, conocida popularmente como “El Tren Bala”, se antojaba como una solución a los problemas de transporte de la Capital de la Republica con el creciente estado de Querétaro; sin embargo, como muchos de esa administración, fue un proyecto fallido.
Aunque las obras significaron una importante derrama económica para el municipio de Tula y la región, pues no se limitaron al tendido de nuevas líneas férreas, sino también a la construcción de magna infraestructura para su tránsito; que incluyó enormes puentes que fueron destacados ejemplos de arquitectura en esa época.
Uno de ellos fue el que unió a los Cerros de La Malinche y El Tesoro (con 1961 metros de longitud), una obra faraónica que continuó con un túnel por debajo de los terrenos de la Zona Arqueológica y otros pasos elevados hasta la nueva Estación de El Llano.
La cual se convertiría en un elefante blanco y el fin del transporte por el ferrocarril en Tula, ante la falta de adecuada de planeación.
Después de varios años de trabajo, el 02 de Junio de 1986 se puso en servicio la nueva vía México-Querétaro, con 245 kilómetros de vía doble; se iniciaron los trabajos para su electrificación, proyectándose la prolongación hasta Irapuato y posteriormente a Guadalajara.
En esta misma fecha inició la operación del tren “El Constitucionalista”, entre México y Querétaro, formado por coches de primera especial, dos coches comedor y un coche observatorio. El costo global de la obra fue de 36 mil 800 millones de viejos pesos.
Se hizo necesaria la construcción de 140 puentes y pasos a desnivel, que en conjunto suman 10 mil 149 metros. El tendido de la vía con riel de 115 libras y soldado continuo, le dieron característica de vía doble elástica.
También se hizo necesaria la perforación de 3 mil 425 metros de túneles, con el propósito de eliminar curvas y pendientes, para que tuviera mayor velocidad.
Asimismo fue inaugurada la Estación de El Llano (orillando a que dejara de usarse la Antigua Estación de Ferrocarril de Tula), que aunque moderna, debido a su lejanía no resultó funcional para los pasajeros, quienes optaron por el transporte por autobús en sus viajes a Querétaro y la Ciudad de México.
Hoy sus instalaciones son unas enormes y abandonadas ruinas, que recuerdan los tiempos en que a los mexicanos el presidente del país les dijo que “debían acostumbrarse a administrar la riqueza”. Populismo, demagogia y cruel esperanza, sin duda.
Actualmente la doble vía México – Querétaro es utilizada para el transporte de carga y como medio para alcanzar el llamado “sueño americano”, por cientos de centroamericanos.