El Congreso aprobó un Acuerdo Económico para exhortar a los titulares del Instituto Hidalguense de la Juventud, del Instituto Hidalguense del Deporte y al Titular de la Secretaría de Salud del Estado, para que los programas, proyectos, estrategias y acciones que llevan a cabo en materia de prevención de adicciones, incluyan como beneficiarios a las y los jóvenes de las comunidades indígenas.
Con 27 votos a favor, cero en contra y cero abstenciones, los legisladores expusieron que los jóvenes tienen derecho a que las dependencias y Entidades de los Gobiernos Estatal, Municipal y Organismos Públicos autónomos, establezcan lineamientos y acciones que permitan generar y divulgar información referente a temáticas de salud, de interés y prioritarias para la juventud, tales como adicciones, enfermedades de transmisión sexual, nutrición, salud pública y comunitaria.
Los derechos de los jóvenes indígenas están reconocidos, implícita y explícitamente, en la Declaración Universal de Derechos Humanos, el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, la Convención sobre los Derechos del Niño, la Declaración y Plan de Acción Mundiales para la Supervivencia, Protección y Desarrollo de los Niños, la Declaración de la Cumbre Mundial para la Infancia y el Proyecto de Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.
Estos derechos comprenden el derecho a la educación, el empleo, la salud, la vivienda y la libertad de expresión, así como la protección de los derechos sociales y culturales, entre ellos aprender y hablar las lenguas tradicionales.
Por ello, es necesario atender de manera urgente a los jóvenes que viven en localidades indígenas y que están propensos a caer en algún tipo de adicción, por lo que la Unesco concuerda con la creación de espacios que contribuyan a un lugar de esparcimiento sano para los jóvenes, un espacio que los mantenga libres de adicciones y sobre todo que permita vivir al máximo su juventud.
La Diputada Adela Pérez Espinoza, en su planteamiento expuso que en las comunidades indígenas, la juventud vive en un contexto distinto; ser joven significa: fortaleza para trabajar, sacar adelante a los más desprotegidos de la familia, además representa un espacio abierto, para que los jóvenes encuentren salida fácil al exceso de responsabilidades y de preocupaciones en las adicciones.
Dijo que un joven indígena, pocas veces piensa en estudiar el nivel medio superior, mucho menos aspira en estudiar una carrera universitaria, debido a muchos factores, porque el dinero no alcanza; porque si va a la escuela deja sin comer a su familia, entre otras cosas.
“Los jóvenes prefieren quedarse en sus comunidades aprender un oficio, ir por la leña para la cocina de la casa, porque no alcanza para el gas, cuidar a los animales que crían para vender en las plazas para poder subsistir”, manifestó.