Por Hugo Santiago Sánchez

Este día el municipio de Ajacuba conmemora su 87 aniversario de erección como municipio, con una ceremonia cívica preparada especialmente por el presidente municipal Lic. Francisco Leopoldo Basurto Acosta.

Cabe señalar que esta población es muy antigua y formó parte del imperio mexica, siendo un centro tributario a la gran Tenochtitlán. En sus cerros persisten los vestigios arqueológicos de una urbe mexica, con templos, edificios cívicos y juegos de pelota. Incluso en el Museo del Templo Mayor en la CDMX, en un mapa de la expansión de los aztecas, aparece Ajacuba y su glifo.

Muchas felicidades a los ajacubenses, por esa cultura, tradición y también porque los vecinos de la cabecera, sus pueblos y colonias, son considerados como gente amable y trabajadora, que en su mayoría todavía se da los buenos días y las buenas tardes. Que convive amenamente y participa en las fiestas populares y en mejoras para sus comunidades, tal como se hacía antaño.

Cabe señalar que, sin ser un gentilicio oficial, a la gente de Ajacuba le llaman cariñosamente “lagartijos” o “lagartijas”, ya que dicen las personas mayores que en la Cabecera Municipal al poseer aguas termales con propiedades curativas, en el pasado los habitantes se bañaban en ellas y luego tomaban el sol recostados en las piedras, tal como hacen estos singulares animalitos.

Incluso la lagartija ha sido adoptada extra oficialmente como la “mascota” de Ajacuba (como en Guanajuato son las ranas o los ajolotes en Xochimilco), dando nombre a importantes torneos deportivos, certámenes y estando presente en el hermoso mural de mosaicos del centro de esta población, obra de la artista ajacubense Flor Dalí, inaugurado recientemente por el gobernador Julio Menchaca y el alcalde Francisco Basurto.

Incluso el calendario ritual mexica (cuya cultura floreció en esta localidad), tenía un día dedicado a la lagartija (Cuetzpallin, en náhuatl), sobre el que Fray Bernardino de Sahagún, en su “Historia general de las cosas de Nueva España” menciona que quienes nacían bajo este signo serían muy esforzados, sanos del cuerpo, y que las caídas no les afectarían, “las caídas no les enpecerían, como ni empecen a la lagartija cuando cae de alto abajo, que ningún daño siente, sino luego se va corriendo. Estos serían muy grandes trabajadores”.

Asimismo, estudiosos de lo antiguo refieren que la lagartija es un animal del elemento tierra, observador y ágil, humilde pero bello, cubierto de escamas que brillan al sol y que se adapta a las circunstancias; que se regenera y restaura a pesar de las situaciones y que siempre camina, buscando un mejor lugar para seguir en acción y superarse constantemente.